viernes, 16 de octubre de 2009

FLASHES - Parte 3

La mujer, evidentemente nerviosa, tomó al chico que no dejaba de llamarme entre llantos y se alejo presurosamente para el interior del restaurant. Mientras los veía alejarse podía sentir la mirada inquisidora de Elisabeth sobre mí
-¿Quién es ese chico?-
-No se- respondí aún mirando a la mujer que se perdía entre la gente
-¿Y esa mujer?-
-No se Elisabeth, de verdad, no se quienes son, ni idea- Me volví hacia ella y me encogí de hombros
-José, c´est bizarre ça- Invariablemente Elisabeth recurría a su lengua materna cuando estaba enojada o tenía que maldecir, cosa que siempre me causaba gracia, pero que hoy no.
-En serio, no tengo idea. Es la primera vez que los veo- La tomé por el codo y nos dirigimos hacía una de las mesas libres en el parque sentándonos lado a lado mirando hacía la pequeña bahía del club, donde los veleros se mecían por el viento provocando que los obenques golpearan contra los palos emitiendo el característico clang clang clang del acero contra el aluminio. Le tomé la mano y me acerqué más a ella.
-Tengo algo que decirte-
-Ves, ves- y retirando la mano agregó- yo sabía que había algo-
-¿De que estás hablando?-
-¿Cómo de que estoy hablando?, ¿te crees que soy tonta?-
-¿Pero de qué estás hablando Elisabeth?-
-De esa mujer, o me vas a decir que esa mujer y ese chico salieron de la nada-
-Elisabeth, créeme si te digo que no los conozco- hice una pequeña pausa tratando de organizar las ideas de lo que quería contarle –Es de otra cosa de la que quiero hablarte-
-Buenos días, ¿Se van a servir algo?- La llegada del mozo me sorprendió, cortándome el discurso. Le pedí un agua mineral, más que nada para que nos dejara solos. Miraba a Elisabeth que me miraba sin comprender muy bien lo que pasaba y yo, sentado ahí, viviendo lo que ya había vivido, sabiendo todo lo que nos iba a pasar juntos. Las alegrías, las tristezas, nuestra hija, el divorcio. Todo. ¿Me creería? ¿Valía la pena repetir todo? ¿Estoy, estaba, estaré soñando? Esperé que el mozo regresara con la bebida para no ser interrumpido nuevamente.
-Elisabeth, no se como decirte esto. Estoy muy, muy confundido-
-Entonces yo tenía razón. Si querías . . . –
-Elisabeth olvidate de lo de recién. No tengo idea de quien es esa mujer, ni quien es ese chico. Tal vez me parezco al padre, o el padre se borro y busca una figura paterna o que se yo. Tengo que contarte otra cosa. Y no se como empezar.- Vi como poco a poco se aflojaba su postura y su rostro se distendía esperando que yo hablase.
-Todo esto, todo, yo ya los viví-
-¿Que ya lo viviste?-
-Si, es como si estuviera, no se, viviendo el pasado. Todo esto ya lo viví-
-Que, como un Deja-Vu?- preguntó
-No, no. Me da cosa decirte. Vas a pensar que estoy loco. Pero es como si hubiese retrocedido 30 años-
-José, no se que te propones, pero si queres terminar lo nuestro no tenes que hacer toda esta historia . . .-
-Pero de que hablas. Te estoy contando algo que no se como explicarlo. Cuando salí de la proveeduría yo no estaba saliendo de ahí, estaba saliendo de la pensión donde vivo, o vivía o viviré, no se, la verdad que no se. Ni yo lo entiendo.- hice un silencio mientras Elisabeth me miraba extrañada – Estoy confundido, yo . . . .-
-Me queres decir que entraste a la proveeduría a comprar algo y que cuando saliste no saliste de la proveeduría . . .-
-Es que no me entendes, yo no estaba en la proveeduría, estaba saliendo de la pensión y aparecí acá, con vos-
-A ver si entiendo, entraste a la proveeduría, no se como te fuiste 30 años para el futuro y volviste, todo en ese ínterin entre que entraste y saliste. . –
No, no, no me entendes. Yo viví esos 30 años. Te puedo contar que nos casamos a los 5 años de vivir juntos, te puedo decir todos los trabajos que cambiaste, a donde nos fuimos de vacaciones, que vamos a tener una hija, te puedo decir su nombre y te puedo decir que nos vamos a divorciar . . . –
-¿Así que sabes todo eso?.¿A ver, decime, que va a pasar ahora?-
-Que se yo lo que va a pasar ahora, no me acuerdo todo minuto a minuto. Pero esto yo ya lo viví, es más, yo se que esta noche vas a llevar a casa de mis padres un quiche Lorraine que hiciste, que te vas a chocar con mi madre al entrar a la cocina y que se va a caer al piso-
-¿Cómo sabes que hice una quiche?-
-No, te digo que yo esto ya lo viví, pero vos no me crees. Pero la verdad no te culpo, yo no lo creería tampoco-

CONTINUARA

1 comentario:

  1. uy... qué emocionante está esta historia...

    Acaso será que algunas veces el reloj da vueltas hacia atrás..?

    (espero el próximo capítulo)

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