miércoles, 19 de agosto de 2009

FLASHES (un cuento en partes)

Temo por mi vida, es por eso que escribo estas líneas. Si algo me ocurriese quedará este testimonio que, aunque breve, espero sea suficiente para aclarar los últimos hechos ocurridos. Todo comenzó durante la noche, mientras trataba de escribir un cuento para el blog que acababa de crear. Por más que me esforzaba no lograba hacer palabra las ideas que rondaban en mi cabeza. Ya eran las cuatro y media y el cursor seguía parpadeando ante mí. Decidí hacer un corte y refrescarme un poco.Me serví un café y salí al pequeño balcón de mi habitación. La calle estaba desierta salvo por los escasos autos que circulaban a esa hora de la madrugada. Bebí el café lentamente, sin premura. Ya era demasiado tarde, lo mejor sería acostarme y dejar que las ideas viniesen a mí durante el sueño, como muchas veces había ocurrido. Terminé el café, eché una última mirada a la calle desierta y apuré lo que quedaba en el fondo del jarro. Estaba por entrar a la habitación cuando desde la calle escuché un chistido que me llamaba.

-Chist, chist, señor, señor- me asomé al balcón pero no vi nada. Miré a ambos lados pero nada.

-Chist, chist, señor, señor, acá abajo, por favor- volví a asomarme - acá señor, acá abajo - miré hacia donde provenía la voz debajo del balcón y una niña de no mas de 12 o 13 años miraba hacia mi.

-Por favor señor, ayúdeme- la miré sorprendido. La chica, escasamente vestida, delgada y de pelo largo me miraba desde la profundidad de sus ojos oscuros que resaltaban en la negrura de la noche. Miré nuevamente hacia ambos lados. Como hacía unos minutos atrás nadie circulaba por la calle, pero ahora no se escuchaban vehículos circular por la Av. San Juan. Me di cuenta que todo estaba súbitamente en silencio salvo por la voz de la pequeña - Por favor, ayúdeme-

-¿Que te pasa?- le pregunté -¿queres que llame a la policía?

-No, no necesito tu ayuda José-

-¿Te conozco? - me sorprendió que supiera mi nombre pero, dado mi trabajo, conozco mucha gente diariamente, pero son pocos los que conocen mi nombre.

-José, por favor, ayudame-

-¿Qué te pasa, quien sos, te conozco yo?-

-¿Podes bajar?, por favor José - miré nuevamente hacia ambos lados. No pude evitar pensar en que podría ser una emboscada pero, ¿a mí?, que ganaría alguien emboscándome o secuestrándome a mí, justamente a mí. Con un poco de suerte me secuestrarían y podría descansar unos días, sonreí inconscientemente pero la vocesita volvía a llamarme insistentemente - Por favor José, no me abandones nuevamente-

CONTINUARA (Próxima entrega el 27-08-09)

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